INFORME DE LA INQUISICIÓN DE
ESPAÑA SOBRE LA MASONERÍA (1745)
Relación de lo que los Franc-Massons,
o Albañiles Libres, observan para el recibimiento de sus congregantes
y practican en sus confederaciones (1745)
1. Los Franc-Massons, que en sus Juntas conspiran a el parecer contra la
Religión y el Reyno, han turbado por su rezelo la Europa. Y por esta
razón se hallan condenadas sus Congregaciones por la Santa Sede con
Bula despachada a 28 de abril de 1738, y prohibidas por el Rey de
Francia, su Parlamento y otros Príncipes.
2.
Admiten en su Hermandad y Congregación los Varones de todas naciones y profession, al christiano, al infiel, herege, moro o judío, buscando
solamente una aparente especie de honestidad, para lo qual basta que
informe de ella uno de los congregantes, que conduce al nuevo a la
cassa donde se juntan, y toma el nombre de Padrino para su
recibimiento.
|
Sello de la
Inquisición |
|
|
3. No
tienen lugar ni casa determinada, la que mudan con frequencia, y por
lo regular suelen tener por la noche sus Juntas, en las que comen y
beben con abundancia, y en algunas partes solamente se bebe; y dando
el Hermano Mayor un golpe sobre la mesa con martillo de palo (que es
señal de silencio) toma la palabra y hace distintas impertinentes
preguntas sobre el Templo de Salomón y su fábrica.
4. Quando ha de entrar alguno nuevo en la tal Congregación, le señala
antes el día el Padrino Franc-Masson, ocultándole el lugar y hora, y
buscándole en el día señalado, le conduce a la casa donde aquel día se
tiene la Junta y estando en un quarto el que se ha de recibir, sale un
Franc-Masson sin armas con un delantal y guantes blancos, precedido de
otros dos, cada uno con un alfange desnudo en la mano. Y poniéndose a
los dos lados de la puerta del quarto y en medio el que está sin
armas, dice: «Statuta ordinis», expresando los establecimientos de la
Congregación, que en ella no se admite infame alguno, ni manchado con
delito horrible, y la ciega confianza con que debe entrar el nuevo
congregante; y que embiará al Introductor, a quien es necesario
obedecer en todo. Y se cierra la puerta.
5.
Después sale el Introductor, teniendo un delantal y guantes blancos,
un martillo de madera en una mano, y en otra una servilleta, hace dexar al que entra toda especie de metal hasta las hebillas, botones
de camissa y alfileres, le desnuda la rodilla derecha y le quita el
zapato del mismo pie, y tapándole los ojos bien con la servilleta que
sacó en una mano, manteniéndosela atada, le hace dar algunos passos, y
tocando con el martillo tres golpes en la pueerta de otra sala, se le
responde de ella en la misma forma, y pregunta lo que pide. y
respondiendo ser el que solicita ser admitido en la Confederación, se
abre la puerta y tomando su nombre y apellido se le pregunta si es tal
su voluntad, y contextando en ella se le pregunta otra vez, haciéndole
dar una vuelta alrededor de la sala, y entonces otro Franc-Masson le
repite por tercera vez la misma pregunta, y assegurando ser tal su
voluntad, se manda que se le haga veer la luz, y al instante se quita
la servilleta al nuevo congregante, el qual se halla entre dos Franc-Massons
que tienen al cuello cintas anchas azules, y de ellas pendientes
ynstrumentos pequeños de oro (llamados libella et linea plumbi), con
delantales blancos, forrados de tafetán azul, y bordados, y a la
cintura colgados los mismos ynstrumentos, y en sus manos martillos de
madera.
6. En la
misma sala se halla el Maestro Mayor o Presidente de la Junta,
teniendo en su cuello una cinta ancha azul, y pendiente de ella una
norma o plomada de oro, y en su mano un compás abierto, y martillo de
madera. A sus pies una almohada cubierta de tafetán azul, bordada de
oro. En su medio una norma, o plomada labrada de oro, y sobre ella la
Biblia abierta. A los dos lados del Presidente están dos Franc-Massons,
el Thesorero y Secretario, con delantales y guantes blancos; el
Thesorero tiene en los ojales de su casaca una llave de oro y un sello
el Secretario. Los demás Franc-Massons, vestidos con sus delantales y
guantes blancos, forman un círculo.
7. En el
suelo de la misma sala se halla dibujado con hiesso un grande
frontispicio y especie de templo con tres ventanas, dos columnas, el
sol, la luna, y una estrella, y en el mismo suelo tres grandes luzes
de cera muy gruessas. Luego se abren los ojos al nuevo congregante,
todos los Franc-Massons que se hallan en la sala hacen un signo
uniforme y después uno de los Sobrestantes, que es uno de los que
están a su lado, le hace señal para que passe y se acerque al sitio
donde está el Presidente, el qual, haciéndole poner la rodilla desnuda
sobre la almohada y sus manos sobre la Biblia abierta, que tiene en
las suyas el Presidente con un compás y martillo de palo, y acercando
el compás al corazón del nuevo congregante, hace el juramento
siguiente: «Yo prometo al grande Arquitecto, que es Dios, de no
declarar jamás nada del secreto de los Franc-Massons ni por señas ni
por escriptos ni de palabra ni por láminas, so pena de que me sea
cortada la cabeza, el cuerpo despedazado, el vientre abierto y las
tripas quemadas, sus cenizas esparcidas al ayre, mi cuerpo arrojado a
lo profundo del mar, y que no se hable palabra de mí ni se vea cosa.
mía en la tierra.
8.
Después se lebanta el nuevo congregante, y retirándole a un lado de la
sala, le pone el otro Sobrestante un delantal blanco, y le da dos
pares de guantes blancos, unos para hombre y otros de muger, que se
cuelga a la cinta de el delantal, y le pone entre los otros Franc-Massons,
diciéndole que en adelante le llamará hermano.
9. El
Presidente hace differentes señales con su mano derecha, passándola de
prissa por el cuello del nuevo Franc-Masson, con ademán de que le
degüella, y succesivamente otros signos supersticiosos, con los quales
queda recibido por Aprehendiz.
10. Assimismo le da y enseña el Presidente differentes señales de mano que
tienen para conocerse entre sí los tales congregantes, y otro Franc-Masson,
que tiene el officio de Orador, hace una oración ponderando la
antigüedad de la Orden, y los grandes varones que ha tenido y tiene.
11. Y
luego van todos a la messa, en cuyo testero se sienta el Presidente y
los dos Sobrestantes, teniendo cada uno delante de sí su martillo de
palo, se come y bebe con abundancia, brindando muchas veces. Y durante
la cena se repiten las señales de mano y acciones de vasos, que toman
para conocerse los tales confederados en todas partes.
12. En
esta perniciosa Congregación y Hermandad observan tres c1asses: una de Aprehendizes o principiantes, que nombran Jachin; otra de compañeros,
su nombre Booz; y la tercera de Maestros, su nombre Machmanach o
Adonay, que son palabras hebreas que usan para manifestar su
antigüedad, llevando por el número tres sus vanas observancias y
ceremonias.
13. Para
el recibimiento en la classe de Compañeros y Maestros se repite sobre
la Biblia el mismo juramento de guardar inviolable secreto, teniendo
el delantal y guantes blancos, sin vendarle antes los ojos con la
servilleta. Y admitido por Maestro, hace el Presidente una larga y
fabulosa oración en orden a la fábrica del Templo de Salomón,
suponiendo aver sido Directos de ella Miram [sic], con otras
invenciones mentirosas, y diversas patrañas.
14. Y
todas las Juntas paran en comer y beber, saludándose con brindis y
cantando distintas coplas. Todas ellas son por la noche en casas
grandes, pero ocultándolas y encubriendo que se junten con tal motivo
ni fin alguno. Y siendo por la noche los recibimientos de los nuevos
congregantes, contextan en que es función espantable el veer la sala
en la forma dicha con las tres luzes grandes, en medio el Presidente
con la almohada, y todos los congregantes dispuestos con sus
delantales y guantes blancos, observando una seria circunspección y
silencio notable. Y regularmente suelen ponerse por distintivo en las
Juntas una insignia azul, o escudo, con las señales de albañilería,
que son compás, martillo y plomada.
15. Los
gastos de la comida y licores se costean regularmente por quenta de
los congregante s que entran de nuevo, y admiten sin gasto alguno a
los hombres de ciencia, observando con todo el extraordinario
juramento de guardar inviolable secreto y haciendo otras ceremonias
semejantes a las expressadas, en que substancialmente convienen todas
las Congregaciones de Franc-Massons, distinguiéndose solamente en
algunas levidades de poco momento, por donde se augmenta la presunción
de lo execrable y aborrecible de tales Confederaciones, y que su idea
puede conspirar no solamente contra la Religión Catholica, sino contra
la razón de Éstado y la quietud de los Reynos (A.H.N., Inquisición,
legajo 3.038).
Fuente: Enrique Gacto, “La
inquisición de Sevilla y la masonería en el siglo XVIII”, en
Homenaje al profesor Alfonso García- Gallo, Madrid, 1996, tomo II,
vol. 1º, pp. 178-181.
|